Recorrer 42,195 km cada día durante 366 jornadas seguidas es una hazaña que desafía la resistencia física y mental de cualquier ser humano. Sin embargo, el brasileño Hugo Farias, de 45 años, lo hizo realidad entre 2022 y 2023. Quien fuera ejecutivo – tímido, sedentario y con un solo maratón en su historial – se planteó un reto desmesurado: superar el récord de Stephen Engels (365 maratones en un año) añadiendo un día extra. En total, sumó 15.569 km en unas 1.590 horas de carrera y entró en el Libro Guinness de los Récords.
Pero más allá del récord, el aspecto más asombroso fue lo que sucedió en el corazón de Hugo. Acompañado por expertos del Instituto del Corazón (InCor) de Sao Paulo, se sometió a evaluaciones mensuales con ergospirometría y ecocardiogramas trimestrales, además de medir marcadores sanguíneos de daño miocárdico. Tras más de un año de estudio, los investigadores concluyeron que no hubo daño: ni elevaciones de troponina, ni remodelación patológica, ni arritmias lesionantes. Su corazón se adaptó a un volumen de ejercicio sin precedentes, gracias a una intensidad moderada (75 % de la FCM), una recuperación adecuada y un riguroso equipo multidisciplinario.
Motivación y renuncia: buscar un propósito más allá de la rutina
La vida corporativa
Hugo Farias trabajó 22 años como gerente ejecutivo en grandes contratos tecnológicos. La estabilidad, sin embargo, le generó una sensación de vacío:
“¿Nací solo para repetir esta rutina durante 35 o 40 años?”.
El despertar del reto
Admirador de Amir Klink, navegante a remo del Atlántico Sur (1984), pensó:
“Si él cruzó el mar, yo puedo correr”.
Al descubrir el récord de Stephen Engels (365 maratones en un año), planeó superarlo: 366 maratones, un plan que le daría un día extra de gloria.
Inspiración histórica: de navegantes a maratonistas extremos
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Amir Klink (1984): remo 100 días.
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Stephen Engels (2019): 365 maratones, uno cada 24 h.
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Hugo Farias (2022–23): 366 maratones, extra de desafío.
Planificación del proyecto: de la idea al arranque
Durante ocho meses, Hugo diseñó:
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Logística diaria: ruta fija en Americana (SP) de 42 km.
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Horarios: carreras matutinas para cuidar familia.
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Nutrición e hidratación: plan de nutricionista.
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Red de apoyo: coordinación con médicos, entrenadores, psicólogo.
Equipo de soporte: multidisciplinar e imprescindible
Para evitar riesgos, incorporó:
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Cardiólogos (InCor)
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Entrenadores profesionales
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Fisioterapeutas
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Nutricionistas
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Psicólogo deportivo
Este equipo permitió un seguimiento continuo y intervenciones preventivas ante lesiones o estrés extremo.
Intervención del InCor: el corazón en el banco de pruebas
Comité de ética
Dado el carácter pionero, el estudio pasó por un comité de ética y obtuvo aprobación para generar aportaciones científicas sin comprometer la salud de Hugo.
Metodología
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Evaluaciones mensuales con ergoespirometría: medir VO₂ y capacidad cardiorrespiratoria.
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Ecocardiogramas trimestrales: imagen de estructura y función cardíaca.
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Marcadores sanguíneos de troponina: test de daño miocárdico.
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Monitoreo continuo de frecuencia cardíaca con wearables.
Resultados científicos: ausencia de daño y adaptaciones saludables
Publicado en Arquivos Brasileiros de Cardiologia, el estudio reveló:
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Troponina estable: sin picos patológicos.
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Estructura cardíaca intacta: sin dilataciones ni fibrosis.
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VO₂ máx. aumentado: de 45 a 55 ml/kg/min.
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Frecuencia media de 140 lpm (75 % FCM): zona moderada.
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Sin arritmias ni complicaciones.
La conclusión clave: un corazón entrenado tolera niveles extremos de volumen, siempre que la intensidad sea moderada.
Opinión de expertos: límites y recomendaciones
El cardiólogo deportivo Filippo Savioli destaca:
“La ausencia de remodelación patológica tras 366 maratones es asombrosa. Demuestra que una carga insólita de volumen es viable si se mantiene un rango de esfuerzo seguro (70–80 % FCM). A alta intensidad, no habría sido posible sin daño”.
Preparación física y mental: la rutina de un ultramaratonista cotidiano
Entrenamiento diario
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Carrera: 42 km en ruta conocida.
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Fuerza y core: dos tardes semanales de gimnasio.
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Flexibilidad: sesiones de yoga y estiramientos.
Recuperación
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Fisioterapia diaria: masajes, crioterapia.
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Nutrición: 5 000 kcal/día con suplementos BCAA y electrolitos.
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Sueño: 8 h de calidad, siesta post-carrera.
Salud mental
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Psicólogo deportivo: control de ansiedad e inseguridad.
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Mindfulness: meditación antes y después de correr.
Lesiones y adversidades: fascitis, pubalgia y diarrea
A lo largo de la travesía, enfrentó:
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Fascitis plantar (maratón 120): tratamiento con yeso y pasos ligeros.
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Pubalgia (maratón 140): hielo, caminatas 10 h diarias y rehabilitación progresiva.
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Gastroenteritis: cinco días de diarrea, pérdida de 4 kg, ajuste nutricional.
“Sin preparación y equipo, habría sido un desastre. Pero con planificación, improvisación y fortaleza, salí adelante”.
Rutina familiar y social: equilibrar desafío y afecto
Casado con dos hijos, Hugo corrió siempre “temprano” para:
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Compartir desayunos
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Ayudar con tareas
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Asistir a eventos escolares
Su ruta fija permitió que 5 000 personas lo acompañaran y apoyaran, convirtiéndolo en un modelo local de inspiración.
Lecciones de autoconocimiento: descubrir el verdadero potencial
Hugo destaca:
“Este informe es solo ciencia; soy uno entre miles de millones. Pero me enseñó que el cuerpo humano puede adaptarse a tensiones extremas si te conoces mejor y te cuidas”.
Su experiencia ha servido de testimonio para programas de coaching y talleres de resiliencia en empresas y universidades.
Próximo desafío: correr de Alaska a Ushuaia
El siguiente reto de Hugo es aún mayor: recorrer 22 000 km desde Prudhoe Bay (Alaska) hasta Ushuaia (Tierra del Fuego) en 300 días, una media de 85 km diarios, servidor en una autocaravana-documental para inspirar a nuevas generaciones.
Conclusiones: implicaciones para deportistas y médicos
El caso de Hugo Farias demuestra que:
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El volumen extremo es viable con intensidad moderada y soporte multidisciplinar.
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Monitoreo cardiológico es esencial: troponina, ecocardiograma y ergoespirometría.
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Preparación psicológica rivaliza con la física en importancia.
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Planificación de riesgos y respuestas salva vidas.
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Inspiración y propósito son motores poderosos de transformación.
Su hazaña no es un manual para amateur, sino un caso de estudio: con disciplina extrema, ciencia rigurosa y apoyo familiar, se puede extender los límites del cuerpo humano sin comprometer la salud. Y, sobre todo, reforzar la idea de que cada persona tiene un potencial inexplorado, listo para ser descubierto y compartido.