Estados Unidos retrasa transferencia de armamento ante posibles acciones militares en territorio palestino
En medio del tenso contexto que rodea el conflicto entre Israel y Palestina, Estados Unidos ha tomado la decisión de detener el envío de bombas a Israel, expresando su preocupación por el posible uso de estas armas en una operación militar en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Esta acción, que representa un giro significativo en la política de suministro de armas estadounidenses a Israel, ha generado una amplia discusión tanto a nivel nacional como internacional sobre el papel de Estados Unidos en el conflicto en curso.
La medida, revelada por altos funcionarios de la administración Biden y ampliamente reportada por los medios de comunicación, implica la retención de 1.800 bombas de 907 kilogramos y 1.700 bombas de 226 kilogramos, que originalmente estaban destinadas a Israel. Según fuentes oficiales, la decisión se basa en las preocupaciones de Washington sobre la escalada de tensiones en la región y el posible impacto devastador de estas armas en áreas densamente pobladas como Rafah.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, confirmó la suspensión del envío de «municiones de alto poder explosivo», subrayando la necesidad de proteger a los civiles antes de cualquier acción militar. Esta postura refleja el compromiso de la administración Biden de promover la seguridad y el bienestar de los civiles en medio del conflicto en curso.
El anuncio de la detención del envío de armamento ha provocado reacciones mixtas tanto en Israel como en la comunidad internacional. Si bien algunos funcionarios israelíes han expresado su frustración por esta decisión, argumentando que socava los esfuerzos de defensa de Israel, otros han recibido positivamente el movimiento como un paso hacia la protección de los civiles en medio del conflicto en curso.
Por su parte, la comunidad internacional ha observado de cerca esta acción, destacando la importancia de evitar una escalada aún mayor de violencia en la región. Varios líderes mundiales han instado al diálogo y a la búsqueda de soluciones diplomáticas para poner fin al conflicto, subrayando la necesidad de proteger a los civiles atrapados en medio de la violencia.
La detención del envío de armas a Israel por parte de Estados Unidos representa un punto de inflexión en el manejo de la crisis en curso en Oriente Medio. A medida que la comunidad internacional continúa presionando por una solución pacífica y sostenible al conflicto, la atención se centra en los próximos pasos que tomarán las partes involucradas y en cómo Estados Unidos desempeñará su papel en la búsqueda de la estabilidad en la región.
Sin una «decisión final» sobre las bombas
«Hemos estado participando en un diálogo con Israel en nuestro formato de Grupo Consultivo Estratégico sobre cómo abordar las necesidades humanitarias de los civiles en Rafah y cómo operar contra Hamás allí de manera diferente a como lo han hecho en otras partes de Gaza», informó el funcionario estadounidense.
«Estas discusiones están en curso y aún no han abordado por completo nuestras preocupaciones. Cuando los líderes israelíes parecían estar cerca de tomar una decisión sobre tal operación, comenzamos a revisar detenidamente propuestas de transferencias de armas específicas a Israel que podrían utilizarse en Rafah. Esto comenzó en abril».
«Como resultado de esa revisión, la semana pasada detuvimos un envío de armas», agregó el funcionario a CBS.
Aclaró que están particularmente preocupados por el uso final que se le dará a las bombas de 900 kilos y el impacto que podrían tener en áreas urbanas densamente pobladas.
«No hemos tomado una decisión final sobre cómo proceder con este envío», señaló.
El funcionario también agregó que «para otros casos específicos en el Departamento de Estado, incluidos los kits JDAM (Municiones Conjuntas de Ataque Directo), estamos llevando a cabo una revisión. Ninguno de estos casos implica transferencias inmediatas; son para transferencias futuras».
Los envíos, explicó, no estaban relacionados con el histórico paquete de ayuda militar de 17 mil millones de dólares aprobado en abril, sino que fueron retirados de «fondos previamente asignados».
Israel lanzó una campaña militar en Gaza para neutralizar a Hamás en respuesta al ataque transfronterizo del grupo contra el sur de Israel el 7 de octubre, durante el cual murieron unas 1.200 personas y más de 250 fueron tomadas como rehenes.