José María Velasco y Gómez-Obregón (Temascalcingo, México, 1840–Ciudad de México, 1912) se ha convertido en el primer artista latinoamericano al que la National Gallery de Londres dedica una exposición monográfica. A más de un siglo de su fallecimiento, su obra—principalmente paisajes monumentales del Valle de México—trasciende fronteras y asume un lugar insólito en una institución líder del arte occidental. Este artículo recorre la vida, el legado y el contexto que llevaron a Velasco desde la Academia de San Carlos hasta las salas de Trafalgar Square, optimizando cada sección para SEO y profundizando en cómo y por qué el trabajo de este pintor mexicano cobra renovada relevancia en 2025.
1. Introducción: Velasco, “Mexicano. Pinto México”
En 1877, junto al horizonte montañoso que enmarca el Valle de México, José María Velasco estampó su firma:
“José María Velasco, mexicano. Pinto México.”
Con estas palabras, el pintor quiso dejar claro no solo su autoría, sino también aquella proeza de plasmar la joven nación liberada del Imperio de Maximiliano apenas una década atrás. Fue una afirmación de identidad cultural y artística, y una declaración de intenciones que catapultó su carrera a nivel internacional.
2. Infancia y formación académica
Nacido en 1840 en Temascalcingo, Velasco ingresó de niño a la Academia de San Carlos en 1855. Allí recibió enseñanza del pintor italiano Eugenio Landesio, figura clave del paisajismo académico mexicano. Bajo la tutela de Landesio:
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Estudió botánica, zoología y geografía, fundamentales para sus futuras representaciones detalladas.
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Aprendió métodos de dibujo científico, que le permitieron reproducir con precisión formaciones rocosas, flora y fauna.
A pesar de cursar en la misma generación que Claude Monet, Velasco se mantuvo fiel al romanticismo paisajístico, sin sucumbir a las corrientes impresionistas.
3. Primeros éxitos y reconocimiento nacional
Su talento fue reconocido pronto en México:
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1864: Condecorado por el emperador Maximiliano de Habsburgo.
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1874 y 1876: Medalla de oro en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de México.
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1876: Premiación en la Exposición Internacional de Filadelfia.
Estos galardones le abrieron puertas para exponer en el extranjero y cimentaron su reputación como “pintor del paisaje mexicano”.
4. “Vista del Valle de México desde el cerro de Santa Isabel” (1877)
La obra maestra de Velasco, creada en 1877 para la Exposición Universal de París 1878, resume su proyecto artístico y nacionalista:
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Composición monumental: un amplio panorama del Valle de México, con detalles topográficos extraordinarios.
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Símbolos patrios: la versión final sustituye figuras indígenas por la combinación de nopal y águila, aludiendo al escudo nacional.
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Impacto internacional: tras su exhibición en París, le pidieron copias y una llegó incluso al Papa León XIII.
Este lienzo es el emblema de su capacidad para fusionar arte, ciencia e identidad.
5. Triunfos en París: de la Expo Universal de 1878 a la Légion d’Honneur
Velasco no se detuvo en 1878. En la Exposición Universal de 1889 presentó 68 obras:
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Recibió la Legión de Honor de manos de la Tercera República Francesa.
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Sus paisajes sorprendieron al público y a la crítica, quienes se admiraban de que “en México se pintaran obras de tanto mérito”.
Estos éxitos europeos confirmaron su estatura en el panorama mundial del siglo XIX.
6. Carrera docente: formando a la siguiente generación
Paralelamente a su labor de pintor:
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Fue profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA) de 1868 a 1903.
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Entre sus alumnos destacó Diego Rivera, quien más tarde haría del muralismo mexicano un fenómeno global.
Velasco dejó, así, un legado pedagógico tan influyente como sus lienzos.
7. El olvido y la reivindicación póstuma
Paradójicamente, al final de su vida cayó en cierto olvido:
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Su muerte en 1912 no se registró en prensa hasta dos días después.
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Solo El Imparcial y El Diario dieron cuenta de su fallecimiento, con menciones sucintas.
Sin embargo, pronto las autoridades revirtieron esta omisión: se organizaron exposiciones, homenajes y su obra pasó a ocupar un lugar central en la construcción de la identidad cultural oficial mexicana.
8. El proyecto de exposición en la National Gallery
¿Por qué ahora Londres y por qué Velasco? El artista británico Dexter Dalwood, residente en Ciudad de México, propuso a la National Gallery una muestra dedicada al pintor. La elección coincidió:
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Con los 200 años de relaciones diplomáticas entre México y Reino Unido.
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Con la serie de exposiciones sobre paisajismo del siglo XIX de la galería, inéditas fuera del ámbito anglosajón.
La exposición —cocuradorada por Daniel Sobrino Ralston— se perfila como un hito: es la primera monográfica de un artista latinoamericano en la National Gallery.
9. Contexto artístico: romanticismo, realismo y paisaje
Velasco se formó en el romanticismo académico, pero evolucionó hacia un realismo científico:
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Mantuvo la exaltación de la naturaleza propia del romanticismo.
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Incorporó estudios geológicos y botánicos en su método.
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Rechazó modas externas (Impresionismo, paisajismo europeo) para conservar un estilo propio.
Así, sus paisajes combinan monumentalidad y detalle minucioso.
10. El “México” de Velasco: identidad, historia y ciencia
La pintura de Velasco no es mero paisaje; es crónica de una nación:
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Historia prehispánica: alusiones al mito fundacional (águila y nopal).
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Época colonial: referencias a la Virgen de Guadalupe y arquitectura novohispana.
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Modernidad: trazos de industrialización y crecimiento urbano.
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Ciencia: representación de rocas volcánicas, estratos geológicos y flora endémica.
Sus lienzos transmiten un proyecto intelectual que va más allá de lo estético.
11. Técnica y mirada científica
Velasco se valió de su formación científica para:
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Estudiar depósitos rocosos y su formación glacial.
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Replicar la luz y la atmósfera con rigor óptico.
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Integrar datos de geología y botánica en pinceladas fieles.
Este enfoque le valió la admiración de geólogos como María Lamberson, que ilustró sus conferencias con reproducciones de sus cuadros.
12. Legado natural e intelectual
Dentro de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, que presidió en 1881, Velasco publicó estampas sobre flora y fauna terrestres y marinas. Su labor:
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Aportó a la ciencia ilustrada en México.
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Consolidó el vínculo entre arte y conocimiento empírico.
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Influyó en generaciones de naturalistas y artistas.
13. Últimos años y “El Gran Cometa de 1882”
En sus años finales, pese al deterioro de salud:
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Pintó “El Gran Cometa de 1882”, obra de gran formato culminada en 1910, año del centenario de Porfirio Díaz y preludio de la Revolución Mexicana.
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Ese mismo año, plasmó su visión en lienzos de tamaño postal hasta su último día: pintó el 26 de agosto de 1912 y falleció esa tarde.
Con este cometa, Velasco enlazó historia prehispánica, colonial y contemporánea en un solo símbolo.
14. Conclusión: un artista para el mundo
José María Velasco representa la convergencia de:
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La gran pintura de paisaje del siglo XIX.
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Un proyecto nacional de identidad mexicana.
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Una mirada científica y empírica.
Hoy, su nombramiento como el primer artista latinoamericano con exposición en la National Gallery de Londres confirma que su obra trasciende su patria. A 185 años de su nacimiento y 113 de su muerte, Velasco vuelve a brillar en un museo global, demostrando que sus paisajes son tan monumentales como universales.
