Introducción
Los lentes de contacto han revolucionado la forma en que muchas personas corrigen su visión. Son prácticos, estéticos y cómodos, pero también requieren cuidados específicos para garantizar la salud ocular. Un mal uso o una higiene inadecuada puede provocar infecciones, irritaciones o problemas visuales más graves. En esta guía completa aprenderás cómo cuidar tus lentes de contacto correctamente, prevenir riesgos y mejorar tu experiencia visual día a día.
¿Por qué es importante cuidar los lentes de contacto?
Los lentes de contacto están en contacto directo con una de las zonas más sensibles del cuerpo: los ojos. Por eso, su cuidado no solo influye en su durabilidad, sino también en tu salud ocular. Una rutina adecuada de limpieza, manipulación e higiene puede evitar infecciones, prevenir la sequedad ocular y garantizar una visión nítida y segura.
Riesgos de un mal uso
Descuidar el cuidado de tus lentes de contacto puede llevar a complicaciones como:
- Conjuntivitis infecciosa
- Queratitis (inflamación de la córnea)
- Úlceras corneales
- Disminución de la agudeza visual
- Reacciones alérgicas
Estos problemas pueden evitarse fácilmente siguiendo recomendaciones básicas de uso y limpieza.
Tipos de lentes de contacto
Conocer el tipo de lentes que usas es fundamental para saber cómo cuidarlos adecuadamente.
Lentes blandos
Son los más comunes y cómodos. Están hechos de materiales flexibles que permiten el paso del oxígeno. Existen versiones diarias, quincenales y mensuales.
Lentes rígidos permeables al gas (RGP)
Estos lentes son más duraderos y permiten una excelente visión. Aunque requieren un período de adaptación, ofrecen mayor oxigenación que los lentes rígidos tradicionales.
Lentes de uso diario, prolongado y desechables
- Lentes de uso diario: Se colocan por la mañana y se retiran por la noche.
- Lentes de uso prolongado: Se pueden llevar durante varios días seguidos (previa indicación médica).
- Lentes desechables: Se utilizan una sola vez y luego se descartan, reduciendo el riesgo de infecciones.

Higiene y manipulación adecuada
Lavado y secado de manos
Antes de tocar tus lentes, lava tus manos con agua y jabón neutro, y sécalas con una toalla que no suelte pelusa. Nunca manipules los lentes con las manos sucias.
Cómo poner y quitar los lentes correctamente
- Coloca el lente en la yema del dedo índice.
- Asegúrate de que esté en forma de “cuenco” (sin bordes hacia afuera).
- Sujeta el párpado superior con una mano y baja el inferior con la otra.
- Coloca el lente suavemente sobre el ojo y parpadea.
Para retirarlos, mira hacia arriba, desliza el lente hacia la parte blanca del ojo y extráelo con cuidado usando el pulgar e índice.
Recomendaciones para evitar infecciones
- No uses los lentes por más tiempo del recomendado.
- Nunca compartas tus lentes con otra persona.
- Evita tocarte los ojos con las manos sucias.
- Usa siempre productos aprobados para el tipo de lente que usas.
Limpieza y almacenamiento
Uso correcto de soluciones para lentes
Utiliza solo soluciones específicas para lentes de contacto, recomendadas por tu oftalmólogo. Nunca los limpies con agua del grifo, agua destilada o saliva.
Paso a paso para la limpieza diaria
- Lava y seca tus manos.
- Retira el lente y colócalo en la palma.
- Aplica unas gotas de solución y frota suavemente por 15-20 segundos.
- Enjuaga con solución nueva.
- Guarda en el estuche limpio con solución fresca.
¿Cuándo cambiar el estuche del lente?
Cambia el estuche cada 1 a 3 meses y límpialo diariamente con solución (no agua). Déjalo secar al aire libre con la tapa abierta.

Errores comunes que debes evitar
Dormir con los lentes (cuando no están diseñados para ello)
Dormir con lentes de uso diario aumenta hasta 6 veces el riesgo de infección ocular. Solo puedes dormir con ellos si tu oftalmólogo ha indicado un modelo de uso prolongado.
Mojar los lentes con agua del grifo o saliva
El agua del grifo y la saliva contienen bacterias y microorganismos que pueden contaminar tus lentes y causar infecciones graves como queratitis por Acanthamoeba.
Uso prolongado más allá del tiempo recomendado
Cada lente tiene una vida útil. Usarlos más allá del periodo indicado incrementa el riesgo de deterioro, incomodidad y problemas oculares.
Cuidados especiales según el entorno
Uso de lentes en ambientes con polvo o humo
Si trabajas o vives en zonas con mucho polvo o humo, considera:
- Usar gafas protectoras encima.
- Llevar gotas lubricantes.
- Alternar con gafas cuando sea posible.
Cuidado en piscinas, mar y duchas
Evita nadar o ducharte con lentes de contacto, ya que el agua puede contener bacterias peligrosas. Si necesitas usarlos en el agua, usa gafas de natación ajustadas.
Lentes de contacto y maquillaje: consejos prácticos
- Ponte los lentes antes de maquillarte.
- Usa cosméticos hipoalergénicos y libres de aceites.
- Aplica el delineador fuera de la línea de agua.
- Retira los lentes antes de desmaquillarte.
Síntomas de advertencia
Presta atención a las señales que indican que algo no va bien:
Ojos rojos, secos o con picazón
Estos síntomas pueden deberse a lentes contaminados, resequedad ocular o mala manipulación.
Visión borrosa o sensibilidad a la luz
Podrían ser señal de un lente dañado o de una infección inminente.
¿Cuándo acudir al oftalmólogo?
Consulta con un profesional si experimentas:
- Dolor ocular persistente
- Lagrimeo excesivo
- Dificultad para ver con claridad
- Secreciones anormales
Consejos para prolongar la vida útil de tus lentes
Rutinas diarias efectivas
- Guarda los lentes siempre en solución fresca.
- No reutilices la solución antigua.
- Limpia y seca bien el estuche diariamente.
- Alterna el uso con gafas para dar descanso a los ojos.
Cómo reconocer cuando un lente está dañado
- Bordes irregulares
- Rasguños visibles
- Incomodidad persistente
- Visión distorsionada
Si notas alguna de estas señales, reemplaza el lente inmediatamente.

Lentes de contacto y salud ocular a largo plazo
Revisiones oftalmológicas periódicas
Visita a tu oftalmólogo al menos una vez al año, incluso si no notas molestias. Un examen regular ayuda a detectar cambios en tu visión o en la tolerancia al lente.
Alternancia con gafas: beneficios
Usar gafas algunas horas al día:
- Permite que tus ojos respiren.
- Reduce el riesgo de sequedad ocular.
- Da tiempo para una limpieza más profunda de los lentes.
Conclusión
Cuidar adecuadamente tus lentes de contacto es esencial para proteger tu salud ocular y disfrutar de una visión clara y segura. Sigue las pautas de higiene, respeta los tiempos de uso, evita errores comunes y consulta con tu oftalmólogo ante cualquier molestia. Recuerda que tus ojos merecen atención diaria y consciente.