Empresarios alzan la voz: exigen a Trump revertir drástica política migratoria para salvar empleos y controlar costos en este 2025

Frente a la “mayor operación de deportación de la historia”, grandes firmas estadounidenses advierten que la falta de mano de obra eleva salarios e inflación. Con 1,7 millones de vacantes por cubrir, piden al presidente Trump una reforma migratoria sensata que garantice vías legales, proteja a trabajadores temporales y estabilice sectores clave como agricultura y salud.

El endurecimiento de las políticas migratorias impulsado por el presidente Donald Trump, con llamadas a la “mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos”, ha generado una paradoja: mientras aumenta el control fronterizo y las redadas internas, muchas empresas estadounidenses sufren la escasez de trabajadores que impulsan su crecimiento y estabilidad. Frente a la incertidumbre sobre el futuro de los programas de inmigración legal —de los que dependen sectores clave—, un creciente grupúsculo de empresarios ha empezado a presionar desde Washington para revertir las medidas más drásticas y garantizar vías ordenadas de contratación.


Magnitud de la crisis: 1,7 millones de vacantes sin cubrir

Según la Coalición Estadounidense de Empresas por la Inmigración (ABIC), hoy faltan 1,7 millones de trabajadores en la economía de EE.UU.

  • Sector agrícola: 73 % de temporeros son migrantes.

  • Salud: 40 % de enfermeras, técnicos y auxiliares nacieron en el extranjero.

  • Hostelería y restauración: 67 % de hoteles no hallan personal suficiente.

Esta brecha obliga a las empresas a elevar salarios, encarece insumos y presiona la inflación:

“El alza de costes laborales se traslada al consumidor; las familias estadounidenses sienten el golpe en su cesta de la compra”, advierte Rebecca Shi, directora de investigación de ABIC.


Testimonios desde el terreno

Manolo Betancur: la panadería latina de Charlotte

  • Origen: colombiano nacionalizado, dueño de Manolo’s Bakery (4 locales, 70 empleados).

  • Problema: frecuentes redadas de ICE (Inmigración y Control de Aduanas) que hacen que sus trabajadores, en su mayoría inmigrantes, no se presenten por miedo.

  • Reclamo: urge a autoridades locales alzar la voz contra una política que, dice, deporta a “gente trabajadora, no criminales”.

Bob Worsley: construcción en Arizona y legislador republicano

  • Empresario inmobiliario y legislador estatal en Arizona.

  • Reclama vías legales estables: “Puedes cerrar puertos, pero si no ofreces soluciones para la demanda de mano de obra, la inmigración ilegal continuará”.


Visas H-2A y H-2B (temporeros agrícolas y no agrícolas) se han convertido en incógnita:

  • El plan conservador “Proyecto 2025” propone restringir estos cupos.

  • Trump no ha garantizado su continuidad.

  • Muchos contratos expiran sin saber si se renovarán.

Acción inmediata:

  • ABIC y empresas tecnológicas presionan al Congreso para extender y modernizar estos programas.

  • Reuniones en Washington durante marzo para visibilizar la crisis.


Sectores críticos al límite

  1. Agricultura

    • Temporada de cosechas: picos de demanda de mano de obra.

    • Sin trabajadores, EE.UU. importa más alimentos, comprometiendo seguridad alimentaria.

  2. Salud

    • Envejecimiento poblacional y pandemia: necesidad urgentísima de enfermeros, técnicos y asistentes.

    • 40 % de la fuerza laboral migrante teme someterse a chequeos.

  3. Turismo y hostelería

    • Temporada alta: grandes hoteles y restaurantes no llegan a completar plantillas.


Medidas estatales y empresariales de contingencia

Edad mínima de empleo bajada en varios estados:

  • Ohio: menores pueden servir alcohol.

  • Iowa: menores en tareas de demolición o fábricas.

  • Florida: debate para autorizar trabajo formal desde 14 años.

Automatización y robótica:

  • Algunas bodegas y fábricas invierten en máquinas para tareas manuales.

  • Sin embargo, el costo de implementación limita su alcance a grandes corporaciones.


Datos y debate: la inmigración y el crimen

Estudios recientes:

  • Asociación Estadounidense de Sociología: ciudades con más inmigrantes presentan menos homicidios.

  • Anthony Peguero (Rutgers): inmigrantes indocumentados cometen menos delitos que nativos en zonas violentas.

“Desmontar la idea de que todos los inmigrantes son criminales ayudaría a recobrar la confianza y facilitaría su integración como fuerza laboral indispensable”, propone Shi.


Obstáculos políticos para una reforma integral

  • Republicanos vs. Demócratas: desacuerdos históricos sobre seguridad fronteriza y vías legales.

  • Prioridades legislativas: la reforma migratoria no figura en la agenda urgente de Trump, centrado en nominaciones judiciales y recortes fiscales.

Propuestas que chocan:

  1. Plan de ciudadanía para indocumentados—rechazado por ala dura republicana.

  2. Aumento de cupos H-2B—criticada por nativistas.

  3. Fortalecer asilo—punto de fricción con fondos de seguridad interna.


Hacia una política migratoria sensata

Claves para avanzar:

  1. Separar debate de criminalidad real vs. percepción.

  2. Blindar programas temporales que alimentan la economía.

  3. Simplificar trámites legales para trabajadores esenciales.

  4. Supervisión: mejorar transparencia en renovaciones de visas.

  5. Colaboración federal-estatal: coordinar ICE con cámaras de comercio locales para evitar redadas indiscriminadas.


Conclusión

La política migratoria de Trump, marcada por la promesa de deportaciones masivas, ha acabado perjudicando a las empresas que sostienen la economía real de EE.UU. Frente a un mercado laboral desabastecido, que presiona al alza inflación y erosiona la competitividad, cada vez más empresarios —incluso conservadores— alzan la voz para reclamar un giro hacia la regularización y apertura controlada de la mano de obra extranjera.

El dilema es claro: mantener una frontera segura es legítimo, pero asegurar el flujo de trabajadores legales resulta indispensable para prevenir un colapso productivo. La gran pregunta es si la Casa Blanca y el Congreso encontrarán el equilibrio entre seguridad y necesidades económicas, o si la prolongación del debate condenará a EE.UU. a una crisis de empleo y abastecimiento aún más profunda.

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