Poderoso Giro Estratégico: Cómo la Alianza con la Franja y la Ruta Transformará (o Pondrá en Riesgo) a Colombia en este 2025

La adhesión de Colombia a la Franja y la Ruta de China marca un hito histórico: diversificación de mercados, miles de millones en infraestructura, energías limpias y nuevas líneas de crédito. A la vez, abre interrogantes sobre deuda, influencia política y valores democráticos. ¿Será este el impulso definitivo para el desarrollo colombiano?

Colombia ha sido durante décadas el mayor aliado estratégico de Estados Unidos en América Latina, repitiendo hasta la saciedad su estrecha colaboración económica, política y de seguridad. Sin embargo, el giro acelerado en los últimos años de Bogotá hacia China —el gran rival geoestratégico de Washington— ha sorprendido incluso a analistas veteranos. El 14 de mayo de 2025, el presidente Gustavo Petro rubricó la adhesión de Colombia al ambicioso proyecto chino de infraestructura e inversiones globales conocido como Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative, BRI).

Este acuerdo abre un nuevo capítulo para la economía colombiana, marcada por la urgencia de diversificar alianzas y reducir su histórica dependencia de Estados Unidos; pero también plantea importantes interrogantes sobre soberanía, valores democráticos y riesgos de endeudamiento.


Contexto Histórico: Relación Colombia–Estados Unidos

Durante décadas, Bogotá y Washington mantuvieron lo que muchos definieron como relación de subordinación. Según Sergio Guzmán de Colombia Risk Analysis, “Colombia siempre tuvo una relación de subordinación a EE. UU.”. El Plan Colombia, firmado en 2000, y el Tratado de Libre Comercio de 2011 reforzaron esta alianza, con Estados Unidos como destino del 70 % de las exportaciones colombianas y principal inversor extranjero.

Sin embargo, episodios recientes han tensionado el vínculo:

  • Disputa Petro–Trump (enero 2025) cuando Colombia regresó un avión con deportados a EE. UU., generando amenazas de guerra comercial.

  • La política externa de Petro, que reestableció relaciones con la OPEP y acercó lazos a China, Rusia e Irán, contrastando con el alineamiento tradicional.

Esta coyuntura dejó en evidencia la vulnerabilidad de Bogotá ante decisiones de Washington y la necesidad de ampliar su cartera de socios.


El Proyecto Franja y la Ruta: Alcance y Polémicas

Lanzada en 2013 por Xi Jinping, la Franja y la Ruta (BRI) es la estrategia de China para financiar y construir infraestructuras (puertos, ferrocarriles, carreteras) y conectividad digital en 150 países, incluidos más de diez en América Latina. Hasta 2023, América Latina recibió más de US$500.000 millones en comercio total con China, superando a US$450.000 millones de 2022 .

Críticos denuncian que el BRI:

  • Genera dependencia financiera y política.

  • Aplica la “trampa de la deuda”: préstamos impagables que permiten a China controlar activos estratégicos.

  • Desplaza a empresas locales y occidentales con términos favorables para contratistas chinos.

Defensores, en cambio, resaltan los millones de empleos y la modernización de infraestructuras en países emergentes.


Por Qué Colombia Busca Diversificar

Cambios Demográficos y Laborales

  • Tasa de fertilidad en mínimos históricos: 0,75 hijos por mujer (2024), muy por debajo del 2,1 necesario para reemplazo poblacional.

  • Escasez de mano de obra joven, obligando a las empresas a reentrenar personal y enfrentar salarios en alza.

Dependencia Comercial

  • EE. UU. sigue siendo el primer destino de las exportaciones (cafés, flores, petróleo).

  • China ya es segundo socio y principal proveedor de importaciones.

Geopolítica Volátil

  • Gobiernos de EE. UU. cambiantes (Trump vs. Biden) generan incertidumbre en cooperación y comercio. Guzmán señala que, “con Trump de vuelta, si Colombia no diversifica, podría quedar en situación precaria”.

Diversificar alianzas mitiga riesgos de sanciones, aranceles o disputas políticas.


Comercio Bilateral y Flujo de Inversiones hasta 2024

  • 1991: Colombia exportaba US$17 millones a China; importaba US$8 millones.

  • 2022: exportaciones a China US$2.165 millones; importaciones US$16.000 millones.

  • El 80 % de lo exportado a China son minerales y energía: petróleo (43,3 %), carbón, ferroníquel, cobre, oro y esmeraldas.

  • Café ocupa el cuarto lugar en exportaciones no minero‑energéticas .

Analistas como Analdex estiman que China podría superar a EE. UU. como primer socio comercial para Colombia antes de 2026.


Áreas Prioritarias de Cooperación

El memorando de entendimiento firmado el 14 de mayo incluye:

  1. Infraestructura: carreteras, puertos (Buenaventura–Cosco), metro de Bogotá y Regiotram.

  2. Minas críticas: exploración y explotación de minerales para transición energética (litio, cobre).

  3. Energía renovable: plantas solares y eólicas, Trina Solar en subastas.

  4. Telecomunicaciones: desarrollo 5G y redes de fibra óptica.

  5. Tecnología e innovación: proyectos pilotos de ciudades inteligentes.

  6. Educación y salud: intercambios académicos y cooperación farmacéutica.


Proyectos Ejecutados y en Marcha

  • Metro de Bogotá: contrato a China Harbour Engineering Company.

  • Explotación de Buriticá: gestionada por Zijin Mining.

  • Regiotram: liderado por China Civil Engineering Construction Corporation.

  • Buses eléctricos: BYD en Bogotá y Medellín.

  • Ruta Buenaventura–Asia: alianza con Cosco Shipping.

Otros incluyen plantas de tratamiento de agua, túneles, hospitales y carreteras.


Beneficios Económicos Esperados

  1. Financiamiento barato de proyectos claves.

  2. Transferencia tecnológica y know‑how en energía limpia.

  3. Desarrollo regional en zonas apartadas.

  4. Empleo indirecto en construcción y mantenimiento.

  5. Reducción de brecha logística: exportaciones más competitivas.

Economistas prevén un aumento del PIB del 0,5 % anual gracias a estas inversiones, además de una mejora en la infraestructura y la conectividad digital.


Riesgos de Dependencia y “Trampa de la Deuda”

Expertos advierten:

  • Sobreendeudamiento: préstamos a 20‑30 años con cláusulas onerosas.

  • Control extranjero de activos estratégicos si no se cumplen pagos.

  • Monopolio de empresas chinas en sectores clave, reduciendo competencia local.

AidData denuncia casos en Sri Lanka y Panamá donde el BRI derivó en desposesión de puertos.


Influencia Política y Valores

China promueve un modelo de gobernanza autoritario, contrastante con la democracia y transparencia occidentales. Analistas como Guzmán enfatizan:

“Colombia debe evaluar si sus valores democráticos se ven comprometidos al depender de financiamiento chino.”

La línea roja: no incorporar cláusulas que limiten la soberanía ni la rendición de cuentas.


Reacción de Estados Unidos y Ajuste Bilateral

Myers, del Diálogo Interamericano, opina que EE. UU. ve con recelo el acercamiento, pero lo atribuye a la administración Petro. No obstante, ambos países reforzaron alianzas en marzo de 2025 en seguridad y lucha antidrogas.

Colombia busca “jugar en varias canchas” sin romper completamente con Washington.


Comparativa con Otros Países Latinoamericanos

  • Brasil, Chile, Perú: China ya es su mayor socio comercial.

  • Argentina: acuerdos de infraestructura y energía.

  • Colombia busca evitar errores de excesiva dependencia, como en el sector eléctrico de Perú dominado por firmas chinas.


Perspectivas a Medio Plazo: 2025–2030

  • Proyección de US$5.000 millones adicionales en inversiones chinas para 2030.

  • Conexión de ejes logísticos transcontinentales.

  • Expansión de la minería de litio y cobre con tecnología china.

  • Posible ala tecnológica del BRI: IA, 6G y fintech.


Conclusión: Equilibrio entre Oportunidades y Cautela

La adhesión de Colombia a la Franja y la Ruta ofrece financiamiento, infraestructura y alianzas estratégicas que ayudan a diversificar riesgos y a acelerar la transición energética. Sin embargo, la letra pequeña exige cautela: proteger la soberanía, garantizar la rendición de cuentas, evitar la trampa de la deuda y mantener los valores democráticos.

El reto de Bogotá será maximizar beneficios sin comprometer su autonomía ni perder su estatus de socio confiable en el entramado global. La diversificación no debe convertirse en un bandazo geopolítico, sino en una política de estado que equilibre tradición y modernidad, Occidente y Oriente.

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