Los Manuscritos del Mar Muerto: La IA Revela su Antigüedad Oculta

La inteligencia artificial reescribe la historia: Enoch revela que los Manuscritos del Mar Muerto son más antiguos de lo que creíamos.

En 1947, unos pastores beduinos hicieron un descubrimiento que cambiaría la historia del judaísmo y el cristianismo: los Manuscritos del Mar Muerto. Ocultos en cuevas cerca del desierto de Judea, estos textos antiguos han fascinado a arqueólogos y estudiosos durante décadas. Ahora, gracias a la inteligencia artificial (IA), un nuevo estudio ha revelado que muchos de estos pergaminos son más antiguos de lo que se pensaba, abriendo nuevas perspectivas sobre su origen y contexto histórico.

¿Qué son los Manuscritos del Mar Muerto?

Los Manuscritos del Mar Muerto, también conocidos como Rollos de Qumrán, son una colección de más de 1000 textos fragmentados descubiertos en las cuevas de Qumrán, en la Ribera Occidental. Estos documentos, escritos principalmente en hebreo, arameo y algo de griego, incluyen las copias más antiguas conocidas de la Biblia hebrea, así como textos religiosos y legales judíos.

Encontrados entre 1947 y 1956, los manuscritos datan, según estimaciones tradicionales, entre el siglo III a.C. y el siglo II d.C. Su descubrimiento fue un hito arqueológico, ya que proporcionó una ventana única al judaísmo antiguo y los orígenes del cristianismo. Sin embargo, datar estos textos con precisión ha sido un desafío, hasta ahora.

En 1947, unos pastores beduinos hicieron un descubrimiento que cambiaría la historia del judaísmo y el cristianismo: los Manuscritos del Mar Muerto. Ocultos en cuevas cerca del desierto de Judea, estos textos antiguos han fascinado a arqueólogos y estudiosos durante décadas. Ahora, gracias a la inteligencia artificial (IA), un nuevo estudio ha revelado que muchos de estos pergaminos son más antiguos de lo que se pensaba, abriendo nuevas perspectivas sobre su origen y contexto histórico.

El Desafío de Datar los Manuscritos

Datar manuscritos antiguos no es tarea fácil. La mayoría de los Rollos de Qumrán no incluyen fechas explícitas, lo que obliga a los expertos a recurrir a métodos como la paleografía (el estudio de la escritura antigua) y la datación por radiocarbono.

La paleografía analiza estilos de escritura, como la forma de las letras y los trazos, para estimar la antigüedad. Sin embargo, este método es subjetivo y depende de la experiencia del paleógrafo. Por otro lado, la datación por radiocarbono, aunque precisa, es destructiva, ya que requiere extraer pequeñas muestras del pergamino, algo problemático para textos tan valiosos.

Estas limitaciones han generado incertidumbre sobre la cronología exacta de los manuscritos. Aquí es donde la inteligencia artificial entra en juego, ofreciendo una solución innovadora.

La IA Enoch: Una Revolución en la Paleografía

Un equipo de investigadores de la Universidad de Groningen, en los Países Bajos, liderado por Mladen Popović, ha desarrollado un modelo de inteligencia artificial llamado Enoch, nombrado en honor a una figura bíblica asociada con el conocimiento antiguo. Este modelo combina datación por radiocarbono con análisis de escritura basado en IA para fechar los manuscritos con una precisión sin precedentes.

Enoch fue entrenado con imágenes digitalizadas de 25 manuscritos previamente datados por radiocarbono. El sistema analiza detalles microscópicos, como la curvatura de los trazos de tinta, la presión aplicada y la geometría de las letras, para identificar patrones en los estilos de escritura.

Tras su entrenamiento, Enoch analizó 135 pergaminos de los Manuscritos del Mar Muerto, logrando una tasa de acierto del 79% en sus estimaciones, según paleógrafos humanos. En algunos casos, la IA proporcionó rangos de fechas más estrechos que el propio radiocarbono.

Hallazgos Sorprendentes: Manuscritos Más Antiguos

El análisis de Enoch reveló que muchos de los Manuscritos del Mar Muerto son más antiguos de lo que se pensaba. Algunos textos, previamente datados entre los siglos III y II a.C., podrían remontarse al siglo IV a.C., hasta 100 años antes de las estimaciones tradicionales.

Por ejemplo, un manuscrito con versículos del Libro de Eclesiastés, que se creía databa de entre 175 y 125 a.C., fue reubicado por Enoch entre 300 y 240 a.C. Asimismo, el manuscrito 4Q114, que contiene fragmentos del Libro de Daniel, podría ser contemporáneo a su autor, situándolo en el siglo III a.C.

Estos hallazgos sugieren que algunos textos fueron escritos durante el periodo helenístico, un tiempo de intensos cambios culturales y políticos en el Mediterráneo oriental.

Reescribiendo la Cronología del Judaísmo Antiguo

La nueva datación tiene implicaciones profundas para nuestra comprensión del judaísmo antiguo. Los manuscritos en estilos de escritura asmoneo y herodiano, que se creían surgieron entre los siglos II y I a.C., podrían ser más antiguos, coexistiendo desde finales del siglo II a.C.

Esto altera la cronología aceptada de la evolución de la escritura judía y sugiere que ciertos movimientos religiosos o transformaciones culturales ocurrieron antes de lo estimado. Por ejemplo, los textos podrían estar vinculados a eventos históricos como el ascenso de la dinastía asmonea o las influencias de los Seleúcidas y Ptolomeos.

Además, la posibilidad de que algunos manuscritos fueran escritos por sus presuntos autores originales, y no siglos después, plantea preguntas sobre la autoría y el contexto en que se redactaron.

La Ventaja de Enoch: No Destructivo y Escalable

Una de las mayores ventajas de Enoch es que no requiere dañar los manuscritos. A diferencia del radiocarbono, que implica cortar pequeñas muestras, Enoch utiliza imágenes de alta resolución, preservando los pergaminos para futuras generaciones.

Además, Enoch es escalable. Popović y su equipo creen que el modelo puede aplicarse a otros manuscritos antiguos, como textos siríacos, árabes, griegos o latinos. Esto podría revolucionar el estudio de colecciones históricas en todo el mundo.

El modelo también corrige errores en dataciones anteriores. Algunos manuscritos estaban contaminados por aceite de ricino, un tratamiento usado en los años 50 para mejorar su legibilidad, lo que afectaba los resultados del radiocarbono. Enoch, al basarse en el estilo de escritura, evita estos problemas.

Críticas y Limitaciones del Estudio

Aunque los resultados son prometedores, algunos expertos advierten que la IA no puede reemplazar completamente la datación por radiocarbono. Brent Seales, profesor de la Universidad de Kentucky, señaló que el enfoque es riguroso, pero las muestras utilizadas son pequeñas, lo que podría limitar la generalización de los hallazgos.

Seales también destacó que la IA es una herramienta complementaria, útil para estimar fechas cuando no se dispone de radiocarbono, pero aún necesita más datos para alcanzar su máximo potencial. Popović coincide en que se requieren más estudios para confirmar el impacto de estos hallazgos en el contexto histórico.

El Impacto Cultural y Religioso

Los Manuscritos del Mar Muerto son más que reliquias arqueológicas; son un puente hacia las raíces del judaísmo y el cristianismo. Su redatación podría transformar nuestra comprensión de cómo se formaron estos textos y quiénes los escribieron.

Por ejemplo, situar algunos manuscritos en el siglo IV a.C. los acerca al periodo en que se redactaron partes del Antiguo Testamento, lo que podría reforzar la idea de que ciertos textos son contemporáneos a sus autores bíblicos. Esto tiene implicaciones tanto académicas como teológicas.

Además, los hallazgos resaltan la importancia de Qumrán como un centro de actividad intelectual y religiosa durante el periodo helenístico.

La IA y el Futuro de la Arqueología

El uso de Enoch en los Manuscritos del Mar Muerto es solo un ejemplo del potencial de la IA en la arqueología. Desde el análisis de imágenes satelitales hasta la reconstrucción de textos fragmentados, la IA está abriendo nuevas puertas en el estudio del pasado.

En el caso de los Rollos de Qumrán, la IA no solo ha mejorado la datación, sino que ha permitido identificar la mano de múltiples escribas, como en el Gran Rollo de Isaías, donde se confirmó la participación de dos escribas distintos.

A medida que Enoch se refine y se aplique a otras colecciones, podríamos estar al borde de una nueva era en la investigación histórica, donde la tecnología y la tradición se unen para desentrañar los misterios del pasado.

Un Paso Hacia el Pasado

Los Manuscritos del Mar Muerto han sido durante mucho tiempo un enigma, pero la inteligencia artificial está ayudando a resolver sus secretos. Con Enoch, los investigadores han demostrado que muchos de estos textos son más antiguos de lo que se pensaba, reescribiendo la cronología del judaísmo antiguo y abriendo nuevas preguntas sobre sus autores y contexto.

Este avance no solo destaca el poder de la IA para transformar la arqueología, sino que también nos recuerda la importancia de preservar y estudiar nuestro patrimonio cultural. A medida que continuamos explorando los Rollos de Qumrán, quién sabe qué otros secretos nos esperan en las cuevas del desierto de Judea.

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