En un mundo marcado por la incertidumbre y las divisiones, los países han logrado un hito sin precedentes. El pasado 16 de abril de 2025, en Ginebra, los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) finalizaron un proyecto de acuerdo mundial sobre pandemias. Este pacto, que será presentado en la 78ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2025, busca fortalecer la preparación y respuesta global ante futuras crisis sanitarias. Tras más de tres años de arduas negociaciones, este acuerdo representa un triunfo del multilateralismo y un compromiso con la equidad sanitaria.
Un Acuerdo Forjado en la Adversidad
La pandemia de COVID-19, que se cobró cerca de siete millones de vidas y desestabilizó economías y sistemas sanitarios en todo el mundo, fue el catalizador de este esfuerzo global. En diciembre de 2021, en medio de la crisis, los Estados miembros de la OMS reconocieron la necesidad urgente de un instrumento internacional jurídicamente vinculante. Así nació el Órgano Intergubernamental de Negociación (INB), encargado de redactar y negociar este acuerdo histórico.
Las negociaciones, que abarcaron trece rondas formales, fueron un ejercicio de paciencia y diplomacia. Muchas sesiones se prolongaron hasta altas horas de la madrugada, reflejando la complejidad de alinear los intereses de 194 países. El consenso alcanzado el 16 de abril de 2025 marcó el culminar de un proceso que, según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, demuestra que “el multilateralismo sigue vivo”.
Principales Objetivos del Acuerdo
El borrador del acuerdo establece un marco integral para abordar las amenazas sanitarias globales. Entre sus objetivos clave se encuentran:
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Fortalecer la colaboración internacional: Promueve la cooperación entre países para responder a pandemias de manera coordinada.
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Garantizar la equidad sanitaria: Busca reducir las desigualdades en el acceso a diagnósticos, tratamientos y vacunas, un problema evidente durante la pandemia de COVID-19.
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Mejorar la resiliencia sanitaria: Propone medidas para reforzar los sistemas nacionales de salud y crear una red logística global para emergencias sanitarias.
Estos objetivos reflejan un enfoque proactivo, diseñado no solo para reaccionar ante crisis, sino para prevenirlas.
El Enfoque “Una Sola Salud”
Un pilar fundamental del acuerdo es el enfoque “Una sola salud” (One Health), que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. Este enfoque busca abordar las amenazas sanitarias en su origen, considerando que muchos patógenos, como el SARS-CoV-2, tienen un origen zoonótico. El acuerdo propone medidas concretas para prevenir pandemias mediante la vigilancia de enfermedades en animales y ecosistemas, así como la promoción de prácticas sostenibles.
Nina Jamal, responsable de Pandemias en FOUR PAWS, destacó la importancia de este enfoque: “Es urgente adoptar un acuerdo que no solo nos prepare ante futuras pandemias, sino que también nos ayude a prevenirlas aplicando el enfoque de ‘Una sola salud’”.
Elementos Clave del Acuerdo
El borrador incluye una serie de propuestas innovadoras para fortalecer la seguridad sanitaria global. Algunos de los elementos más destacados son:
Sistema de Acceso a Patógenos y Reparto de Beneficios
El acuerdo establece un sistema para facilitar el acceso a patógenos con potencial pandémico y garantizar que los beneficios derivados, como vacunas y tratamientos, se distribuyan equitativamente. Este mecanismo busca evitar la repetición de las desigualdades vistas durante la pandemia de COVID-19, cuando los países ricos acapararon dosis de vacunas.
Transferencia de Tecnología
La transferencia de tecnología y conocimientos es otro punto central. El acuerdo promueve la colaboración entre países desarrollados y en desarrollo para mejorar la capacidad de producir productos sanitarios, como vacunas y diagnósticos, en regiones con recursos limitados. Este aspecto fue uno de los principales puntos de fricción durante las negociaciones, pero el consenso final refleja un compromiso con la equidad.
Personal Sanitario de Emergencia
El pacto propone la creación de un personal sanitario de emergencia, tanto nacional como global, que esté capacitado y listo para desplegarse en caso de crisis. Este equipo multidisciplinar será clave para responder rápidamente a brotes y pandemias.
Cadena de Suministro Global
Para garantizar el acceso oportuno a recursos esenciales durante una pandemia, el acuerdo establece una cadena de suministro y una red logística globales. Esta red coordinará la distribución de equipos de protección, medicamentos y vacunas, asegurando que lleguen a donde más se necesitan.
La Soberanía Nacional: Un Principio Innegociable
Uno de los aspectos más debatidos durante las negociaciones fue la preocupación por la soberanía nacional. Algunos críticos temían que el acuerdo otorgara a la OMS poderes para imponer medidas como cierres o campañas de vacunación. Sin embargo, el texto final es claro: los países mantienen plena soberanía sobre sus decisiones de salud pública. El acuerdo no concede a la OMS autoridad para dictar políticas, sino que establece un marco de cooperación voluntaria.
Tedros Adhanom Ghebreyesus abordó estas preocupaciones en un discurso en febrero de 2024: “El acuerdo no otorgará a la OMS ningún poder sobre ningún Estado ni sobre ninguna persona. Quien afirme tal cosa está mal informado o miente”. El proyecto de acuerdo, disponible públicamente en el sitio web de la OMS, reafirma este principio.
El Papel de Estados Unidos y los Retos del Multilateralismo
La ausencia de Estados Unidos en la ronda final de negociaciones fue una sombra sobre el proceso. En enero de 2025, el presidente Donald Trump ordenó la retirada de Estados Unidos de la OMS, una decisión que excluyó al país del acuerdo. Como principal patrocinador financiero de la OMS, con un aporte del 18% de su presupuesto, la salida de Estados Unidos plantea desafíos significativos para la organización.
A pesar de esta ausencia, el acuerdo se considera una victoria para el multilateralismo. Nina Schwalbe, de Spark Street Advisors, señaló a Reuters: “Este es un momento histórico y una demostración de que, con o sin EE.UU., los países están comprometidos a trabajar juntos”. La participación de 192 países, tras la salida de Estados Unidos y Argentina, subraya la determinación global de avanzar en la seguridad sanitaria.
Lecciones de la Pandemia de COVID-19
La pandemia de COVID-19 expuso vulnerabilidades críticas en los sistemas sanitarios mundiales. Las desigualdades en el acceso a vacunas, tratamientos y diagnósticos fueron evidentes, con países de ingresos bajos enfrentando retrasos significativos. Además, la pandemia perturbó economías y desbordó servicios sanitarios, dejando cicatrices duraderas en las sociedades.
Sin embargo, también hubo logros. La campaña de vacunación global, que administró más de 13.300 millones de dosis hasta abril de 2023, fue un hito histórico. El acuerdo sobre pandemias busca construir sobre estas lecciones, asegurando que las respuestas futuras sean más equitativas y efectivas.
El Camino hacia la Ratificación
El borrador del acuerdo será presentado en la 78ª Asamblea Mundial de la Salud, programada del 19 al 28 de mayo de 2025 en Ginebra. Si se aprueba, cada país deberá ratificarlo a nivel nacional. Según el artículo 35 del acuerdo, entrará en vigor 30 días después de que 60 países depositen sus instrumentos de ratificación ante el secretario general de la OMS.
Este proceso no está exento de desafíos. Algunos países de ingresos medios y bajos han expresado que el acuerdo es menos ambicioso de lo esperado, con muchos compromisos de carácter voluntario. Además, la falta de sanciones por incumplimiento podría limitar su efectividad, como señaló Michael Reich, experto en salud pública de Harvard.
Un Legado para las Generaciones Futuras
Tedros Adhanom Ghebreyesus enfatizó la importancia a largo plazo del acuerdo: “Es vital para las generaciones futuras, para nuestros hijos y nietos. Al crear un marco sólido de preparación y respuesta ante una pandemia, nos aseguramos de que hereden un mundo más seguro y sano”.
La copresidenta del INB, Precious Matsoso, destacó el principio rector de las negociaciones: “Nadie está a salvo de las pandemias hasta que todo el mundo esté a salvo”. Este mensaje resuena en un mundo interconectado, donde las amenazas sanitarias no respetan fronteras.
Anne-Claire Amprou, también copresidenta, añadió: “Se trata de un acuerdo histórico para la seguridad sanitaria, la equidad y la solidaridad internacional”. Su declaración refleja la esperanza de que este pacto siente las bases para una arquitectura sanitaria global más robusta.
Retos y Oportunidades
A pesar del optimismo, el acuerdo enfrenta obstáculos. La falta de participación de Estados Unidos podría debilitar su implementación, especialmente en términos de financiación y liderazgo. Además, la OMS enfrenta una crisis financiera tras los recortes de fondos estadounidenses, lo que podría limitar su capacidad para coordinar respuestas globales.
Por otro lado, el acuerdo ofrece oportunidades significativas. La creación de capacidades de investigación geográficamente diversas y el fortalecimiento de los sistemas de salud nacionales podrían transformar la forma en que el mundo enfrenta las crisis sanitarias. La inclusión de la sociedad civil y actores no estatales en las negociaciones también asegura que el acuerdo refleje una amplia gama de perspectivas.
Un Precedente Histórico
El acuerdo sobre pandemias no es el primer tratado global de la OMS. En 2003, el Acuerdo Marco para el Control del Tabaco logró reducir el consumo de tabaco en 150 países, demostrando el poder de los pactos internacionales. Sin embargo, el acuerdo sobre pandemias es único por su alcance y ambición, abordando una amenaza que afecta a toda la humanidad.
Ellen Johnson Sirleaf, copresidenta del Grupo Independiente de Preparación y Respuesta ante una Pandemia, lo resumió así: “Este acuerdo reúne a países de todos los niveles de renta para proteger a toda la humanidad de las amenazas pandémicas”.
Un Mundo Más Seguro
El acuerdo mundial sobre pandemias marca un punto de inflexión en la historia de la salud global. A pesar de las divisiones geopolíticas y los desafíos financieros, los países han demostrado que la colaboración es posible frente a amenazas compartidas. Mientras el mundo espera la ratificación en mayo de 2025, este pacto ofrece una hoja de ruta para un futuro más seguro y equitativo.
La pandemia de COVID-19 nos enseñó que la preparación y la solidaridad son esenciales. Con este acuerdo, la humanidad da un paso adelante para proteger a las generaciones presentes y futuras. Como dijo Tedros, “el costo de la inacción es mucho mayor”. El mundo está listo para escribir un nuevo capítulo en la lucha contra las pandemias.